Cuanto tiempo hacía que no me conectaba con ustedes a través de este
espacio.
Solo quería decirles que, aunque muchos saben que tengo otra actividad que
tal vez no tenga nada que ver con esta, o sí, porque también puede verse dentro
de lo frívola que pueda ser la pasión por los perfumes, hay un trasfondo
espiritual, muy íntimo en la elección de las fragancias que nos acompañarán
durante gran parte de nuestra vida. Algunas para determinados momentos, como
por ejemplo cuando elegimos determinado tipo de perfumes para ir a trabajar, o
para dormir, o para una cita, etc.
Otras serán el amor de nuestras vidas y tal vez estén siempre a nuestro
lado, transformándose en nuestro sello personal.
Tal vez otras sean amores de un solo día, o de una temporada, y ya nunca
volvamos a querer sentirlas. Sea como sea, creo que perfumarnos es más que un
acto de frivolidad, sino que, por el contrario, puede ayudarnos a elevar
nuestra estima personal, alegrar nuestros días, armonizarnos, tranquilizarnos,
y ese acto puede transformarse en un momento placentero para uno de los
sentidos más importantes, que muchos tal vez descubrieron cuánto lo era al
haberlo perdido a causa del aún vigente Covid.
¿Qué sería de nuestras vidas sin poder sentir el aroma de las flores, del
mar, de un bebé, de una comida, y en mi caso y el de los amantes de los
perfumes, de un perfume?
Amo desde siempre los perfumes. Me
dí cuenta hace poco tiempo que siempre fueron mi pasión, pero recién ahora
puedo dedicarles un poco más de tiempo.
Desde pequeña siempre quería estar bien perfumada, sentir el aroma de una
colonia suave o floral, me hacía sentir bella y arreglada, tal como sucede
ahora, en ese sentido, no ha pasado el tiempo.
Cada tanto hago memoria y recuerdo
aquellos perfumes que me acompañaron en la infancia, cuando no teníamos acceso
a los perfumes importados y comprábamos los de Cannon, Fulton, o Avon (aunque luego me enteré que es una fragancia
internacional y existe en muchísimos países del mundo, donde inclusive hay
muchas versiones de sus perfumes que ni siquiera conocemos).
Pero sin importar las marcas, o si son importados o no, generalmente, si
uno por sobre todas las cosas siente esa gran pasión por los aromas, sabe
exactamente cual es la fragancia que más le agrada.
Y cuando digo fragancia, no me refiero a un perfume en particular, sino a
sus componentes: pueden ser florales, frutales, cítricos, almizclados,
ambarados, especiados, dulces, picantes, o una combinación de todos estos
componentes.
Creo que uno opta por alguna de estas opciones cuando se da cuenta de que
te hacen sentir bien, porque te energizan, armonizan, te hacen sentir con
suerte, atractiva/o, seductor/a, etc
De ahí que vamos eligiendo aquellas fragancias que nos hacen sentir bien,
como envueltos en un halo de protección invisible, que nos transporta a una
situación en la cual estamos cómodos, armonizados, relajados y a gusto con
nosotros mismos.
Esa es la idea de elegir un perfume, sentir que cuando lo usamos, estamos
bien, nos vemos mejor, no por nada muchos diseñadores famosos han lanzado su
propia línea de fragancias porque entienden como nadie que el perfume es un
accesorio más que importante para completar cualquier vestimenta.
Durante muchos años pensaba, o tal vez estaba de moda en ese momento, que
tenía que tener un solo perfume y usarlo como mi marca personal. Ahora tengo
muchísimos, y algunos son totalmente diferentes entre sí. Es que necesito usar
el aroma que el día me indique, necesito que cada ocasión esté acompañada de un
perfume, que a la vez seguramente creará un recuerdo que será indeleble,
sellado por esa fragancia. Pero no busqué que así fuera, sino que sucedió,
simplemente.
Sin embargo, me ha costado encontrar como antaño una fragancia insignia,
una que quisiera que no me faltara nunca y que sea de esas que no quisieras que
se termine jamás.
En realidad, la tengo, pero entiendo que también podría ser otra, según la
ocasión.
Por ejemplo; durante el día prefiero que sean más cítricas-florales-frescas
y por las noches, inclusive para dormir, necesito una fragancia dulce,
almizclada, ambarada, suave y envolvente, como si al apoyar la cabeza en mi
almohada pudiera sentir ese abrazo perfumado que me ayudará a dormir mejor.
También coloco ese mismo perfume en pañuelos de papel tissue sobre mi mesita de
luz porque descubrí que aromatizan sutilmente mi espacio y si de noche me
despierto siento la fragancia muy presente .
Siento que no podría vivir sin fragancias, por eso puedo transmitir, o eso
espero, la pasión por ellas, y me siento contenida porque sé que hay muchas
personas que realmente sienten lo mismo, sean mujeres u hombres, es maravilloso
compartir esa gran pasión por sentirse bien a través de un perfume.
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